Ema Delgado


realizada el 23 de agosto de 2008 en el espacio cultural La Colmena de la ciudad de Montevideo.

“Todo ha estado vinculado al Arte, siempre ha sido mi timón”

“Las distintas ramas del arte llegan todas a un punto común: la música,el teatro, la literatura, las artes plásticas... son distintas formas de expresión”




¿Cómo fueron tus comienzos en las artes plásticas?

Bueno, me toca remontar a mucho tiempo atrás, porque en realidad mi formación comienza desde la época que se inauguró el Museo Departamental en el 47. Cuando éste se forma, se inaugura el Instituto Histórico Cultural del Museo Departamental de San José, que ahora justamente va a hacer fecha el 23 de agosto, ya son 61 años. Yo entré de la mano de mi padre que fue el primer secretario que tuvo la Institución y ya de ahí no me desprendí más. Ahí pasé mi niñez, mi adolescencia, me formé como persona, realmente es la mejor herencia que me dejó mi padre porque tuve la oportunidad de conocer allí a los más grandes maestros, tuve la oportunidad de conectarme con las obras de los mayores pintores uruguayos, obras que han sido premiadas en salones nacionales y del interior.
Fui alumna de Dumas Oroño, justamente en los talleres de expresión plástica, fue  mi primer maestro. A partir de ahí trabajé más de treinta años en el Museo como secretaria y haciendo todo tipo de actividades porque eso tenía el Museo, ya que no es una institución común. Es una institución donde los que estábamos,que era una directiva honoraria, trabajábamos por amor al arte. Van Gogh dice algo así como: “Hay que amar tanto como sea posible porque de ahí aparecen las grandes cosas y uno se siente capaz y con fuerzas de poder seguir para adelante.”  Después de un período largo, en el ochenta y pico me fui de la institución por razones que no vienen al caso...

Concurrí al taller de Daniel Pérez Acosta, un dibujante maragato muy bueno que actualmente está radicado en Buenos Aires. Con él estuve haciendo cuatro o cinco años de dibujo. En esa época formamos lo que fue el grupo Pasos en la calle Becerro de Bengoa y Río Negro. Ahí nos juntamos varios plásticos: Ana Arnábal, José Carlos Moreira y Belén Porley en cerámica, Heber Riguetti en escultura, Celiar Lemes, Mariana Albistur, Daniel y yo en dibujo y pintura. Cuando el grupo dejó  de funcionar empecé a concurrir a Montevideo, al taller de Walter Nadal. Elegí su taller porque había sido alumno de Dardo Riveiro, y un poco se seguía la línea del taller de Torres García, que era lo que a mí en realidad más me comprometía, era lo que más me gustaba.
Un día, caminando por la Ciudad Vieja, me encontré en una galería con la exposición de un pintor que yo no conocía y me quedé totalmente enganchada. Se trataba  de

Raúl Rial. Averigüé de quién se trataba, fui a su taller e inicié una relación profesional con él. Ahí comencé a hacer retratos. Rial fue realmente un excelente maestro, un tipo extremadamente generoso, es raro encontrar gente dentro de la misma profesión que tenga la generosidad que tuvo él, al punto de decirme: ”Bueno, si no vas a la galería yo te voy a presentar”. Fue él quien realmente me abrió las puertas para poder exhibir la obra acá en Montevideo.
Actualmente trabajo en mi taller que es en mi casa con la posibilidad de, en poco tiempo, estar en un taller con una pintora que fue alumna del taller de Riveiro y que está radicada en España pero tiene un taller en Montevideo. Me invitó para trabajar juntas así que posiblemente para fines de este año voy a estar en un taller en la Ciudad Vieja. Sigo trabajando, sigo pintando y estoy trabajando acá en la Colmena coordinando la actividad plástica de este lugar.

Aún hoy es muy raro que en Uruguay una persona se dedique únicamente al Arte, en aquél entonces ¿cómo recibió tu entorno la decisión que tomaste de seguir este camino?

Yo creo que siempre es uno quien tiene que enfocar la actividad que realmente ha sido la preocupación de toda la vida. A la decisión de que ese era mi camino la tenía clara, hasta cuando trabajaba en el Museo yo sabía que iba a haber un momento en el que yo me iba a dedicar a esto. Y en mi casa, ya te digo, por el tema de que mi padre ha estado vinculado toda la vida a esa actividad, me sentía muy cómoda en lo que hacía, no tuve mayores problemas. Me pude dedicar más después de que mis hijos se hicieron grandes, es decir cuando la crianza se fue haciendo un poco más liviana y entonces ahí sí pude retomar la cosa sin mayores problemas.

¿Y te has dedicado únicamente a esto?

Bueno, he hecho muchas cosas, tuve un cine en el año 84 cuando me fui del Museo con una amiga de allá de San José. Habilitamos una micro sala que se llamó Biógrafo en lo que es la galería Angulo y lo tuvimos alrededor de cinco años.  Todo ha estado vinculado al arte, siempre, ha sido como mi timón digamos. Se hizo una actividad muy particular, porque no fue una actividad comercial. Trabajamos con la gente de Cinemateca. Proyectamos programas en coordinación con actividades con Embajadas que se hacían con entradas gratuitas, por ejemplo. Con relación al día del niño presentamos un programa antibélico. Llevamos además a Maruja Santullo que hizo obras de García Lorca. En el cine trabajó la filial San José de Juventudes Musicales de la que también fui fundadora, que hasta ahora es la única filial del interior que sigue funcionando. Es decir, distintas ramas del arte que todas llegan a un punto común: la música, el teatro, la literatura, las artes plásticas, es la idea... todo va a un mismo lugar, son distintas formas de expresión pero que llegan al mismo espacio.

Has nombrado a varios artistas que han influido en tu obra, ¿tenés algún referente?

No, tengo admiración por muchos, creo que no corresponde que nombre a ninguno en particular pero evidentemente siempre tenemos gente con la que uno se siente más afín y que admira enormemente, ¿no?

¿Y has mantenido algún estilo a lo largo de tu obra?

Sí (risas). No he podido zafar con lo que tiene que ver con la escuela de Torres, es decir, todo el tema de la paleta baja, de la estructura de la obra, he intentando cambiar porque a veces me dicen: “Che, por qué no levantás el color...” pero creo que uno tiene que hacer un crack en la cabeza para que exista un cambio, he tratado y he hecho de pronto algunas estructuras en madera, he hecho también algunos trabajos más abstractos pero en realidad no me siento yo y creo que lo fundamental en la obra es mostrarse tal como uno es, sin alharacas, con la humildad que uno tiene que tratar de tomar estas cosas, con la responsabilidad que hay que hacerlo sin creérsela porque siempre hay cosas para aprender y cosas para saber. Yo he llegado ya a una edad que soy una mujer muy grande, grande en edad me refiero (risas) y siempre siento que tengo cosas nuevas para hacer y cosas nuevas que aprender y creo que eso es fundamental en esta actividad.

¿Y coordinás algún taller?

No. Nunca lo he hecho, he tenido oportunidades, pero creo que no es lo mío.

Mientras vivías en San José te encargaste de mantener el Museo durante un período, contanos cómo fue esa experiencia.

Fue una tarea de muchos años, una tarea que a mí me ha enriquecido totalmente, yo siento que nunca me voy... nunca me desprendí del Museo; hasta ahora siento el olor del Museo. De pronto cuando llegaba el verano y en enero el Museo cerraba yo tenia la necesidad en algún momento de ir porque son las cosas que uno tiene, como tenés las cosas mas queridas, lo que uno más siente y el Museo ha sido una cosa muy muy importante en mi vida, realmente, es mi formación como persona también y  evidentemente no me voy a separar nunca. Allí pasé los mejores años de mi vida. A pesar de que ahora no estoy físicamente, siento que voy a estar siempre.

Hace unos días expusiste en Río Negro, ¿en qué otros lugares has expuesto?

He expuesto en muchos lugares, en forma individual y en forma colectiva, esta muestra en Río Negro es con un grupo de gente del lugar, que ya tiene más años de trabajo y otros nuevos, gente con mucho talento. Lamentablemente no pude estar el día de la inauguración, pero sé que fue un éxito. He hecho muestras en el interior creo que son muy pocos lugares que me quedan sin exponer. Acá en Montevideo he hecho varias muestras. Hace un tiempo expuse en la Ciudad Vieja, en la Creppèrie;  presenté  una muestra de dibujos que realmente me dio satisfacciones porque no fue una muestra tradicional, fue una muestra en la que se llenaron las paredes de dibujos a distintas alturas y creo que hice un muestreo de cosas que nunca había sacado al público, y la verdad que estuvo bueno, hubo otro público también, otro movimiento y esas cosas importan.

Ahora estás radicada en Montevideo, ¿qué te llevó a abandonar San José?

Bueno, por un lado justamente por esta actividad, yo ya estaba un poco más vinculada con artistas de Montevideo, con lugares que habitualmente podía estar más en contacto, y en la lejanía, a pesar de que estamos a noventa kilómetros no era lo mismo estar en San José que poderme radicar acá. El hecho de que también algunos de mis hijos se habían venido para Montevideo hizo que me viniera. Te digo con total sinceridad que extraño mucho San José. Extraño mucho la vida que hacia allá, los amigos, los lugares, los espacios. Me he habituado también a la vida acá en Montevideo porque está bueno lo que uno hace acá también, pero son distintas etapas.

¿Creés que un artista plástico puede vivir de su oficio en nuestro país?

No, creo que hay muy pocos privilegiados que pueden hacerlo. Lamentablemente este país no da las posibilidades que realmente tendría que darles, uno ve que en otros lugares del mundo los gobiernos apoyan de otra manera a lo que tiene que ver con la Cultura en general, con el Arte en particular. Ves que acá pagamos impuestos de todo tipo que van para distintos lugares, no hay un impuesto que vaya  a la cultura. No me refiero sólo a la plástica, fijate que por ejemplo estamos en el 2008 y todavía no hay una ley que ampare a la gente que está dedicada a la cultura, para que hoy o mañana cuando se llega a una edad en la que uno puede vivir más en otro sosiego, tengas que seguir trabajando porque no hay una ley que te ampare para poder jubilarte, esas cosa no pueden ocurrir en un país como el nuestro y yo creo que hay que ocuparse y preocuparse. Las cosas tienen que darse de otra manera.

¿Creés que la implementación del Bachillerato Artístico en Educación Secunadaria ayuda al mayor reconocimiento de un artista?

¡Pero cómo no! creo que es fundamental porque la educación pasa por ahí justamente. Yo creo que ha faltado esa parte, que desde jóvenes los chiquilines tengan otra carga que signifique importante para este tipo de actividades, me parece fundamental y realmente está bueno que sea así.

Trabajo realizado  por los estudiantes de Tercer año de Bachillerato Opción Arte y Expresión en el contexto de la asignatura Comunicación, lenguaje y medios audiovisuales.

Prof. De literatura Néstor Sanguinetti
Integrantes del grupo: María Noel Bonilla, Carlos Corrales, Digo de León, Mariana Esteche, Luisina Grene, Nicolás Pérez, Pía Pérez, Lorraine Pilotto, Yisela Sánchez, Stefani Sellanes, Camila Vives.